Observando desde las gradas, se nos inclina la piel al ver como pueblo cuanto hemos crecido.
El reciente premio otorgado al locutor Azuano, representa mucho más que un galardón. Es un homenaje a la dedicación, el talento y el compromiso con la comunicación responsable.
Este logro no solo enaltece la trayectoria del profesional reconocido, sino que también proyecta a la provincia como cuna de voces comprometidas con la verdad, la cultura y la identidad nacional.
Desde este espacio, extendemos muestras felicitaciones a todos los ganadores.
A la vez, queremos motivar a continuar con humildad y empeño. Ser reconocido por el sindicato y por la sociedad es también una responsabilidad. Deben seguir siendo voceros de la verdad, defensores de los valores y guardianes del lenguaje.
Por otro lado, hacemos un llamado a la prudencia y a la madurez a aquellos galardonados que, quizás esperando otros resultados, expresan desacuerdo con la elección de los premiados. Toda premiación tiene un componente subjetivo y limitado, pero lejos de dividirlos, debe inspirarlos a seguir trabajando con más dedicación. La crítica constructiva es válida, pero el respeto entre colegas es imprescindible. Recuerden que la clase no se suicida.
A los organizadores, les animamos a seguir innovando, apostando por la excelencia, la transparencia, neutralidad ética y la inclusión en cada edición del premio.
Finalizamos con una humilde sugerencia y es la de establecer categorías más amplias que valoren tanto la trayectoria como el impacto comunitario. La historia no debe ser olvidada.
¡Felicidades a los ganadores!
Que su voz siga iluminando el camino de muchos.
Con cariño, su amigo Winder Vargas.
