El artista da demostración de que mantiene su voz en buen estado con un carisma como pocos artistas y un público fiel que acude hasta las piedras del anfiteatro par disfrutar de sus propuesta
Fernando Villalona demostró nueva vez en el anfiteatro Altos de Chavón su carisma y poder de convocatoria al lograr reeditar la hazaña 37 años después, con un repertorio de 36 éxitos, más coherente, manteniendo su voz en buen tono, potente, y esta vez agradecido de Dios, al despedirse con los brazos abiertos al cielo y con lágrimas en los ojos en el aforo de piedras.
Sobrio, tomando sorbos de agua, concentrado, sin titubeos ni errores notables, con cuatro cambios de trajes, el «Niño mimado» nativo de Loma de Cabrera, inició 9:41 de la noche con el tema «Seré».
Desde el primer tema logró mantener cautivo al público, identificado con sus poses de siempre y expresiones que le identifican, entre ellas «Eeeeso» y «Volví».
Villalona ofreció un «conciertazo», junto al coro de cuatro cantantes que lo acompañaban y la formidable orquesta de una veintena de músicos, dirigidos por Manuel Tejada.
Merengues y boleros formaron parte del cancionero elegido, con recordados títulos como “Mi pueblo”, “Y te amo solo”, “Quijote”, “Penélope”, “Te amo demasiado”, “Payaso”, “Sonámbulo”, «Respeta mi dolor», entre otros.
El aforo prácticamente se llenó, con algunos huecos, incluyendo uno en el mismo centro (lo que resultó curioso porque lo que quedaban tradicionalmente vacías eran las esquinitas».
Las boletas costaban hasta 15 mil pesos, cuando por Frank Sinatra en 1982 se cobró solo 50 pesos al inaugurar Altos de Chavón. Claro, eran otros tiempos porque de eso hacen 40 años.
Dos horas y 16 minutos completaron la noche del Mayimbe en Chavón, con 37 temas parodiando los años desde que se presentó la ocasión anterior.
De Villalona llamó la atención hasta sus audífonos (que se le cayeron varias veces) con la bandera dominicana y los sombreros de tonos diferentes, con los que se mantuvo en el escenario, marcando cada cambio.
Como se anticipó, el concierto incluyó la participación de varios artistas como el venezolano Omar Henriquez, en el tema «Cama y mesa», un solo de percusión de Arturo Sanquitán, Alejandro Taveras con su saxofón y Lupe Valerio en el acordeón en el tema de «Tatico Henriquez».
En cada tema era recibido con algarabía, coros del público.
Con Sergio Vargas, quien le abrazó al llegar al escenario, cantó «Amaneciendo», ganando aplausos que aumentaron con la entrada de Jandy Ventura («La hamaquita»), a quien le siguió Félix Cumbé, disfrazado de rojo y con un exótico peinado, llamando a aplaudir a su ídolo en sus 50 años de carrera y con quien cantó a duo el popular tema que los unió en la música.
Uno de los momentos más emocionantes lo protagonizó la salida de su hija Paloma Villalona con imágenes de cuando estaba pequeña y añoñada por él sobre quien confesó es su consentida. Ambos cantaron «Me muerto por ti».
Otra artista que compartió escenario fue Techy Fatule, con quien interpretó «Delirante amor» e incluso cantó sola su merengue «Que me quedes tú», expresando su alegría por presentarse por primera vez en Chavón.
Otros invitados especiales de Villalona fueron Gabriel Pagán («Confundido»), Pavel Núñez (los boleros «Háblame mi vida» y «Vida consentida»), Rubby Pérez («Pato robado») y el novel cantante Eudy Cruz.
«Musica Latina» fue el preámbulo de la despedida y luego fue necesario repetir «Cama y Mesa», sin que faltara «Baile en la Calle», animado con los Robalagallina y todo el colorido.
En el escenario resaltó el juego de luces animadas por pantallas gigante que colocaban imágenes coherente con cada uno de los temas a los que le hacían coreografía diestros bailarines.
Una noche memorable para el Mayimbe, que coronó su sueño de repetir su éxito en el anfiteatro Altos de Chavón, ahora más coherente, consagrado y maduro.