Por Dr. Yotin Pérez
Con la llegada del calor, muchas mujeres experimentan un aumento en las infecciones vaginales. Estas infecciones son bastante comunes, afectando aproximadamente al 75 % de las mujeres en algún momento de sus vidas. La humedad y el calor crean un ambiente propicio para el crecimiento de bacterias y hongos, lo que puede resultar en infecciones incómodas y molestas.
Pueden ser causadas por diversos organismos siendo la cándida albicans el hongo más comúnmente asociado. Factores de riesgo como el uso prolongado de antibióticos, cambios hormonales, diabetes, embarazo, tener un sistema inmunológico debilitado o prácticas sexuales sin protección aumentan la probabilidad de desarrollar una infección vaginal.
Los síntomas pueden incluir picazón, irritación, enrojecimiento, flujo vaginal anormal, olor desagradable y molestias durante las relaciones sexuales o al orinar. Ante cualquier molestia es fundamental buscar atención médica para obtener un diagnóstico adecuado y recibir el tratamiento necesario.
En este artículo, exploraremos las causas de las infecciones vaginales durante la época de calor y proporcionaremos consejos prácticos sobre cómo prevenirlas y tratarlas adecuadamente:
Mantén una buena higiene íntima: Durante el verano, es crucial mantener una buena higiene íntima para prevenir las infecciones vaginales. Lávate diariamente con agua tibia y un jabón suave y sin fragancias. Evita los productos químicos agresivos que pueden alterar el equilibrio natural de la flora vaginal. Asimismo, después de ir al baño, siempre límpiate de adelante hacia atrás para evitar la propagación de bacterias del área anal a la vagina.
Viste ropa adecuada: La elección de la ropa también juega un papel importante en la prevención de las infecciones vaginales. Opta por prendas de algodón y tejidos transpirables que permitan la ventilación adecuada de la zona íntima. Evita los materiales sintéticos y ajustados que pueden retener la humedad y aumentar el calor, creando un ambiente propicio para el crecimiento bacteriano.
Mantén la zona seca: El exceso de humedad en la zona vaginal puede favorecer el crecimiento de hongos y bacterias. Asegúrate de mantener la zona seca y fresca. Después de nadar o hacer ejercicio, cámbiate de ropa mojada o sudorosa de inmediato y utiliza toallas sanitarias o tampones adecuados para absorber la humedad.
Evita el uso excesivo de productos de higiene femenina: El uso excesivo de productos de higiene femenina, como duchas vaginales, aerosoles o toallitas perfumadas, puede alterar el equilibrio natural de la flora vaginal y aumentar el riesgo de infecciones. En su lugar, utiliza agua tibia y un jabón suave para la limpieza diaria. Además, evita los productos perfumados, ya que pueden irritar la zona íntima.
Refuerza tu sistema inmunológico: Un sistema inmunológico fuerte puede ayudar a prevenir las infecciones vaginales. Mantén una dieta equilibrada, rica en frutas y verduras, y asegúrate de incluir alimentos probióticos, como el yogur, que pueden promover el crecimiento de bacterias saludables en la vagina. Además, bebe suficiente agua para mantener tu cuerpo hidratado y fortalecer tu sistema inmunológico.
Busca atención médica si es necesario: Si experimentas síntomas de una infección vaginal, como picazón, ardor, flujo vaginal anormal o mal olor, es importante buscar atención médica. Un profesional de la salud podrá realizar un diagnóstico adecuado y prescribir el tratamiento adecuado, como antifúngicos o antibióticos, si es necesario.
Las infecciones vaginales si no se tratan adecuadamente pueden llevar a complicaciones más graves. Es fundamental abordar estas infecciones de manera oportuna para evitar posibles consecuencias. En el caso de la candidiasis vaginal no tratada, puede ocurrir una propagación de la infección hacia otras áreas del cuerpo, como la piel y las uñas. Además, las infecciones recurrentes pueden causar molestias constantes y afectar negativamente la calidad de vida de una mujer.
Por otro lado, la vaginosis bacteriana no tratada puede aumentar el riesgo de contraer infecciones de transmisión sexual, así como de complicaciones en el embarazo, como parto prematuro o bajo peso al nacer. En el caso de la tricomoniasis, una infección prolongada y sin tratar puede aumentar el riesgo de enfermedades inflamatorias pélvicas, que pueden causar daño a largo plazo en el sistema reproductivo.
Por lo tanto, es crucial buscar atención médica ante cualquier síntoma de infección vaginal y seguir el tratamiento adecuado para prevenir complicaciones potenciales.
Durante la época de calor es fundamental prestar especial atención a nuestra salud íntima para evitar las molestias y complicaciones asociadas con las infecciones vaginales. Siguiendo los consejos de higiene adecuada, vistiendo ropa transpirable, manteniendo la zona seca y fortaleciendo nuestro sistema inmunológico, podemos reducir significativamente el riesgo de infecciones. Recuerda que, ante cualquier síntoma o preocupación, es importante buscar atención médica para recibir un diagnóstico y tratamiento adecuados.